Habló el pueblo...

Lunes de resaca electoral. No se si os habrá pasado a vosotros, pero esta mañana temprano, al retomar la actividad cotidiana en cada uno de nuestros trabajos, bastaba con mirar las caras y los comportamientos de cada uno de nuestros compañeros para saber cuál era su estado de ánimo ayer Domingo a las 11 de la noche. Era como si cada uno de nosotros tuviéramos pegado en la frente el voto que depositamos en la urna. A los que no se les apreciaban diferencias con el resto de los días eran aquellos que ayer no pisaron el colegio electoral premeditadamente. Pues bien, a estas alturas de la película todos ya sabréis cómo y cuáles han sido los resultados de las elecciones. España ha vuelto a dar su confianza al anterior presidente y el partido de la oposición ha conseguido una derrota digna. Sin embargo, oscuro horizonte se les presenta a los perdedores de la contienda si no son capaces de digerir y analizar el por qué de su derrota, digna, pero derrota al fin y al cabo. Por otro lado, el reelegido presidente debe aprender de lo que pasó, no muy lejano en el tiempo, con los anteriores presidentes de la Democracia que tuvieron en sus manos un segundo mandato más cómodo, aritméticamente hablando, que el primero de ellos, como sucede en este caso. Los precedentes deben ser referentes.

Muy lejos de inclinarme por mi partidario, únicamente quería reflejar, y en cierta manera desear, que estos cuatro años que nos esperan sean mejores, más fructíferos para nuestro territorio y de una vez por todas coloquen a nuestra clase política a la altura de nuestro país, santo y seña en muchos de las indicadores envidiados por otros países desarrollados.