lunes, 20 de octubre de 2008

Barcelona weekend...

Este fin de semana he estado por La Ciudad Condal disfrutando de sus encantos metropolitanos y su gastronomía. Me encanta la ciudad de Barcelona, mezcla del mestizaje cultural angloparlante, turistas de mediana edad y cartera llena, jóvenes estudiantes de castellano y las raíces catalanas de origen en sus habitantes.

En nuestra jornada matinal nos dió tiempo para pasear por una de las zonas más frecuentadas de la ciudad. Las Ramblas han perdido ya a parte de sus actores principales, profesionales del arte dramático que de una u otra manera se ganaban el pan a lo largo y ancho del bulevar. El mercado de La Boquería (contiguo a Las Ramblas), donde puedes encontrar clases y tipos de alimentos que nunca encontrarías en tu supermercado del barrio mientras saboreas un rico batido de frutas tropicales al módico precio de un euro.

El objeto del viaje en cuestión tenía como parte fundamental uno de los mayores espectáculos del mundo que se pueden ver en un recinto cerrado, hablo del Circo del Sol, más concretamente de su espectáculo: Quidam. Cuidada escenografía, increíbles números circenses, música celosa y perfecto acompañamiento sonoro excelentemente interpretado por la banda de música que les acompaña, original vestuario de los personajes... todo un conjunto de maravillas que hacen del Circo del Sol un espectáculo obligatorio de ver.

La compañía es de origen canadiense, y su fama mundial la posiciona como una de las compañias de teatro que más espectadores lleva a sus butacas en todo el mundo. Desafortunadamente, en nuestro país, sólo suelen programarse en las agendas culturales de Madrid y Barcelona, asi que es necesario trasladarse a alguna de estas dos ciudades para poder verlo. La entrada quizás sea algo cara (de 40 a 80€), pero su originalidad y espectacularidad hacen que salgas después de más dos horas de espectáculo con la sensación de que has pagado por algo que realmente merece la pena pagar. Totalmente recomendable. Adjunto del video promocional de la gira.



Para los nocturnos de vocación, una última reseña. Disfruté de la madrugada del sábado en una de las más frecuentadas discotecas barcelonesas: Luz de Gas. Muy buen ambiente, acertada elección músical que alternaba los más escuchados éxitos del momento con clásicos remember del pasado y una gran pista de baile con escenario contiguo que dotaban al ambiente de una magnificiencia digna de las mejores discotecas españolas.

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