Miro mi DNI y veo que nací hace ya casi 28 años. Mi generación, la llamada generación del 80, ya coquetea con la treintena pero, aparentemente, de maneras diferentes. Miro alrededor de mi círculo de amistades más cercanas y observo que el tiempo pasa muy rápido, y que la mayoría de ellos están empezando a adoptar actitudes "adultas" respetables y perfectamente comprensibles. Las preocupaciones son distintas, las conversaciones abordan temas profesionales, financieros o ceremoniosos, los planes de fin de semana tornan hacia fines sedentarios y/o culinarios, en definitiva, son y se sienten gente adulta pertenecientes a otro estrato de la sociedad que deja atrás la juventud. Personalmente, aún no he sufrido esa conversión a la mal llamada madurez definitiva y contemplo con cierta inquietud que mis pretensiones a corto plazo son variables y bastante diferentes a mis coetáneos. Quizás todo esto dependa de las circustancias personales de cada cual. Amigos que se casan, otros hipotecados con su casa en ciernes, varios emancipados del núcleo familiar y todos ellos con planes de futuro que ejercen de motor de ilusiones con el fin de cimentar las bases de una vida familiar para el resto de su vida. Es de gran admiración ver como amigos tuyos de la infancia han conseguido con su esfuerzo generarse un camino en la vida profesional y personal pero aún quedan veinteochoañeros que sus inquitudes trazan otras líneas diferentes a las mencionadas en el grupo anterior. También estos veinteochoañeros juveniles acabaron sus estudios, tienen su puesto de trabajo, saben afrontar y resolver sus problemas, aportan su responsabilidad cuando esta es necesaria, pero oye, aún quieren exprimir su juventud hasta las últimas gotas aprovechando segundo a segundo aquellas actividades de las que probablemente en su vida adulta no podrán disfrutar. Muchas veces se acusa a este grupo de inmadurez, pues bien, tomando como referencia las acepciones del significado de "madurez" encontradas según la RAE una persona madura es: 1) aquella que ha alcanzado su plenitud vitad y aún no he llegado a la vejez, o 2) aquella de buen juicio, prudencia y sensatez. Personalmente, a mis 28 años me quedo con la segunda.
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4 comentarios:
Cada uno enfoca su camino a la treintena de una manera diferente, es verdad, pero lo mejor de todo es hacerlo rodeado de buenos amigos... (A ver si vuelven esos "club gourmet" pronto!!)
Qué razón tienes María! al final lo sustancial es llegar a los 30 rodeado de buenos amigos. En definitiva, el camino es lo de menos, lo más importante es la compañía
Yo hace tiempo que cumplí los 20 y sigo tan fresco. Demuestra tu madurez implicándote en la vida que te rodea. Participando de la "polis", o sea, de la ciudad, de la política, impidiendo que los de siempre se salgan con la suya. Mira este vídeo y difundelo, porfavor.
Un saludo. Y no tengas miedo a cruzar el umbral de los 30
http://www.youtube.com/watch?v=HxLALLuUePU
sam, estoy contigo en que la implicación en la sociedad mediante la participación pública y política es otro signo de madurez de nuestra generación.
REspecto al video, creo que no lo tengo tan claro como tú, pero en el fondo creo que estamos totalmente de acuerdo.
A ver si tengo un ratillo y escribo un post reflexionando sobre el tema del agua. Cualquier colaboración sería bienvenida.
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